Ámsterdam es una ciudad con una atmósfera única en el mundo. Es conocida como la Venecia del Norte por sus numerosos canales, una red de más de 70 km declarada patrimonio de la humanidad por la Unesco. Aunque este laberinto de vías fluviales es su imagen más famosa, la capital holandesa tiene mucho más que ofrecer.
Tienes museos con obras de gran valor artístico, como el Museo Van Gogh o el Rijksmuseum, y otros de gran interés social, como la Casa de Ana Frank y la exposición Heineken Experience. También podrás descubrir el mundialmente conocido barrio Rojo, con sus escaparates que se remontan al siglo XVII. Todo ello sin olvidar sus coffee shops y sus pintorescas bicicletas.
Ámsterdam, canales y cultura
Ámsterdam cuenta con un amplio sistema fluvial que, históricamente, es más grande que el de la propia Venecia. Tiene un total de 75 km de recorrido, más de 1 000 puentes y centenares de casas flotantes en las que viven todo tipo de familias. El anillo más importante es el Grachtengordel, compuesto por los canales de Herengracht, Keizersgratch y Prinsengracht.
Otro de los principales atractivos de esta capital es su cultura. La ciudad cuenta con más de 50 museos, colocándose a la vanguardia europea en lo que a oferta cultural se refiere. Entre sus calles es posible encontrar desde pequeñas galerías de arte a importantes pinacotecas como el Museo Nacional de Holanda (Rijksmuseum), considerado el mejor museo de todo el país.
Qué visitar en Ámsterdam
Día 1
Al llegar, ve a tu alojamiento y deja la maleta para moverte cómodamente por la ciudad. Si te preguntas qué ver en Ámsterdam, empieza por la Museumplein y el Museo Van Gogh, un espacio con más de 200 obras del artista. Después visita el Rijksmuseum, donde podrás ver importantes piezas del Siglo de Oro holandés. Frente a sus puertas estaban las famosas letras “I amsterdam”, retiradas en diciembre de 2018.
Después, acércate hasta la plaza Dam, el lugar donde se construyó la primera presa del río Amstel durante el siglo XIII. Esta plaza está presidida por el Monumento Nacional, un enorme obelisco de 22 metros de altura dedicado a los soldados que fallecieron en la Segunda Guerra Mundial. En uno de sus laterales se encuentra el Palacio Real, un bello edificio neoclásico del siglo XVII que en sus inicios sirvió como ayuntamiento de la ciudad.
Para finalizar el día puedes ir al barrio Rojo, un lugar con luces de neón y escaparates donde las prostitutas venden sus servicios de manera legal desde el año 1911. En este barrio está la iglesia Oude Kerk, el edificio más antiguo de todo Ámsterdam. Una buena idea es cenar en alguno de sus bares o restaurantes. Puedes incluso entrar a uno de sus numerosos coffee shops, espacios donde consumir marihuana legalmente.
Día 2
Alquila una bicicleta y explora los rincones de la ciudad. La primera parada es la Casa de Ana Frank. Es aconsejable que compres las entradas por Internet para evitar las largas colas de acceso. Aquí fue donde vivió la familia Frank durante la ocupación nazi de Holanda. Su fama se debe al diario que Ana escribió relatando las experiencias vividas en este escondite durante ese periodo.
Después de esta interesante inmersión en el pasado, dirígete a la iglesia Westerkerk, que se encuentra a tan solo 74 m de distancia. Aunque su interior no es especialmente atractivo, su acceso es gratuito y es posible subir hasta su torre de 85 m para obtener las mejores vistas de Ámsterdam. Al bajar, vete hasta el original Museo Amstelkring. Se trata de un pequeño edificio que alberga dentro una sorprendente iglesia clandestina.
Tras una pausa para comer, puedes reanudar la marcha yendo hasta Begijnhof. Es un vecindario de elegantes viviendas construidas en el siglo XIV. En el número 34 está la casa más antigua de la ciudad. Por la noche, nada como ir a la plaza Leidseplein. Es una de las zonas más animadas durante los fines de semana. Hay restaurantes y bares para tomar algo y disfrutar del ambiente nocturno que se respira en esta ciudad europea.
Día 3
Visita el mercado de las Flores, un lugar con más de 140 años de historia donde cada día llegan barcos cargados de flores y semillas. Entrar en este espacio es dejarse invadir por un mundo lleno de olores y multitud de colores. Una de las cosas más típicas que hacer aquí es comprar los bulbos de los famosos tulipanes de Holanda, el perfecto souvenir para recordar este maravilloso viaje.
Al lado del mercado de las Flores se encuentra el popular puesto de comida callejera Frens Haringhandel, que es muy conocido entre sus habitantes. Aquí puedes probar algunos de los productos más típicos de la región, como son los arenques frescos que tanto les gustan a los holandeses. Es un sitio perfecto para tomar el aperitivo de mediodía y cargar las pilas de energía para seguir con el resto de la visita.
Como colofón a tu viaje, vete al Vondelpark. Es el parque más popular de Ámsterdam, un espacio que tiene más de 450 000 metros cuadrados donde relajarte después de unos días intensos. En el año 1996, fue reconocido como monumento nacional por su increíble valor histórico y cultural. Es un excelente lugar para decirle adiós a la capital holandesa antes de coger el avión o el tren de vuelta.
Dónde comer en Ámsterdam
A la hora de comer
Dos de las mejores zonas para comer son los alrededores de la plaza Spui y la plaza Dam. La Spui es conocida por sus mercados literarios y sus encantadoras cafeterías, mientras que la plaza Dam es más animada y tiene muchas más opciones. Prueba el hutspot, un sabroso guiso de ternera acompañado de puré de zanahorias y patatas; y el erwtensoep, la típica sopa de guisantes que los holandeses adoran comer durante los fríos meses de invierno.
A la hora de cenar
A la hora de la cena es mejor acercarse hasta la céntrica plaza de Leidseplein. En sus alrededores hay numerosas pubs, restaurantes e incluso discotecas para salir por la noche. Es normal encontrarse siempre algún espectáculo callejero. Entra en alguno de sus bares y atrévete con las bitterballen, unas albóndigas fritas con mostaza. No dudes en acompañarlas con una de las cervezas más famosas de Ámsterdam, la Heineken.
Dónde dormir en Ámsterdam
El centro de Ámsterdam
Como sucede en el resto de capitales europeas, el centro es el área donde hay una mayor concentración de alojamientos turísticos. Lo cierto es que la capital holandesa no cuenta con opciones especialmente económicas, pero aquí podrás encontrar desde hostales con habitación compartida a hoteles de 5 estrellas. Lo mejor de esta zona es que tiene una ubicación perfecta para explorar las atracciones turísticas de Ámsterdam.
La zona de Oud Zuid
En este barrio es posible encontrar alojamientos con una mejor relación calidad-precio que el centro. En él destaca la zona de los museos, donde se encuentran el Rijksmuseum y el Museo Van Gogh, entre otros. Se trata de un área residencial tranquila que está perfectamente comunicada con el centro a través de la red de transporte público. También podrás disfrutar de la cercanía del Vondelpark y de calles comerciales como la PC Hoofstraat.
El área de Oud West
Se encuentra alrededor del centro histórico de Ámsterdam. Es un barrio con gran cantidad de bares y restaurantes de moda. Tiene una atmósfera vibrante y, al encontrarse algo más alejado del casco antiguo, es mucho más barato que éste. Aquí podrás ver calles realmente bonitas, con increíbles casas construidas durante el siglo XIX. Se puede ir caminando hasta el centro. Solamente te llevará unos 30min de paseo.
El barrio latino de Ámsterdam
Este barrio está ubicado en las inmediaciones del mercado Albert Cuyp, uno de los mayores mercados al aire libre de Europa. También es conocido por ser el lugar donde se encuentra la popular exposición Heineken Experiencie, un espacio interactivo para aprender más sobre esta cerveza. Tiene un importante ambiente estudiantil y cuenta con restaurantes que ofrecen una gastronomía muy diversa.
A pesar de que Ámsterdam no es una ciudad que destaque por sus monumentos, como el Big Ben de Londres o la Torre Eiffel de París, lo cierto es que su encanto lo compensa con creces. La capital holandesa es, sobre todo, un lugar de experiencias. Desde pasear en barco a viajar a su pasado nazi, las opciones son prácticamente infinitas. ¡Ven y déjate seducir por la Venecia del Norte!
En tren a Ámsterdam
Una de las formas más habituales de llegar a la capital holandesa es a través de su aeropuerto. Desde aquí es posible acceder a la estación de tren Schiphol, que se encuentra justo debajo. Los trenes desde Schiphol que se dirigen hacia el centro de Ámsterdam tienen una duración aproximada de unos 13 min, siendo una de las maneras más económicas y rápidas de llegar a la ciudad.
Otras conexiones frecuentemente utilizadas para llegar a esta capital europea son las de París y Bruselas. Los trenes desde París a la estación Central de Ámsterdam están operados por Eurostar y tardan aproximadamente 3h 25min. Los trenes desde Bruselas tienen una duración mínima de 1h 50min y están gestionados por NS y Eurostar. El tren es perfecto para recorrer Europa y disfrutar de sus paisajes.