Estaciones principales | Bordeaux St-Jean |
Compañías ferroviarias | SNCF, Eurostar, TGV Lyria, DB-SNCF |
Aeropuertos | Aeropuerto de Burdeos-Mérignac |
Transporte público | Autobuses urbanos, tranvías, taxis |
Tarifas y tarjetas de descuento |
Viajar en tren a Burdeos te permitirá descubrir la ciudad de los vinos más prestigiosos de Europa que recibe el apodo de "la pequeña París".
Situada al oeste de Francia, en la costa atlántica, es conocida por la belleza y monumentalidad de sus edificios, lo que le ha valido el apodo de "la pequeña París". Pero sus encantos van más allá. La ciudad es también capital del vino. Está rodeada de viñedos donde se producen caldos como el Chateau Latour. Es una de las ciudades más importantes del país detrás de París y Marsella y cuenta con un clima muy suave. Una de las mejores formas de visitarlo es reservando un tren a Burdeos.
La estación de San Juan de Burdeos es la principal de la ciudad, adonde llegan trenes de alta velocidad. Fue inaugurada en 1898 y está además reconocida como Monumento Histórico francés. Construida sobre la antigua estación de ferrocarril, destaca su bóveda de cristal y acero, obra de Gustave Eiffel. La terminal está perfectamente adaptada para las personas con movilidad reducida. Se encuentra situada a pocos kilómetros del centro histórico.
Dentro de sus instalaciones puedes encontrar tiendas donde comprar lo que necesites y cafeterías en las que tomar algo. Viaja en tren de Barcelona a Burdeos en 7 horas y 5 minutos. Es el trayecto más rápido ya que viajarás en un tren de alta velocidad operado conjuntamente por Renfe y TGV inOUI. Otra opción es visitar primero la capital gala y luego coger un tren desde París a Burdeos.Trainline te ofrece varias conexiones que varían de precio y oscilan entre las 2 horas y 8 minutos y las 3 horas y 30 minutos.
Los viajeros pueden llegar a el centro de la ciudad desde el aeropuerto de Burdeos - Mérignac, situado a tan solo 10 kilómetros, y de la estación San Juan haciendo uso del transporte público como el tranvía o el autobús. Aunque también se puede coger un taxi. Para moverse por la ciudad también hay otras opciones.
Viajando en tren a Burdeos tienes la opción de hacer un viaje mucho más confortable y divertido, llegando a la estación de San Juan, que te dejará a pocos minutos del centro de la ciudad. Una vez ahí podrás empezar una ruta a pie por el destino, que cuenta con muchas calles peatonales.
Burdeos es una ciudad llena de arte. Para descubrirlo, puedes empezar la visita por el puerto de la Luna, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2007. Es el lugar donde, durante el siglo XII, se realizaban operaciones comerciales con los Países Bajos y el Reino Unido. La Catedral de San Andrés también merece una visita. Podrás ver los muros interiores, de estilo románico, y el resto de la edificación de estilo angevino.
El Gran Teatro de Burdeos posee una arquitectura única, compuesta por un enorme pórtico con 12 columnas corintias y una llamativa fachada pintada en azul y dorado. La plaza Real pertenece a la época de Luis XV y cuenta con forma de herradura. Allí podrás ver la fuente de las Gracias. Muy cerca está el Palacio de la Bource, donde puedes disfrutar de la belleza del mayor espejo de agua de toda Europa.
Siguiendo con los edificios históricos hay que visitar el Parlamento, donde antiguamente se ubicaba el mercado de la ciudad. Ahora es un lugar lleno de encanto en el que puedes disfrutar de un buen café y de la belleza de sus edificios.
Incluida dentro de la ruta que lleva a Santiago de Compostela en peregrinación se encuentra la iglesia de San Michel, una bella construcción de estilo gótico que posee un campanario de 100 metros de altura que tiene más de 20 campanas. El edificio es también Patrimonio Mundial de la Unesco. Dentro puedes ver un órgano el siglo XVIII.
Los amantes de la enología disfrutarán en esta ciudad visitando La Cité du Vin, un museo dedicado a esta bebida y a su producción. Solo admirar su fachada, de cristal y aluminio, ya vale la pena. Dentro vivirás una experiencia sensorial y podrás subir hasta su octava planta para ver la ciudad a tus pies mientras tomas una copa de vino.