Organizar una escapada en autobús a Salamanca es sinónimo de turismo cultural, gastronómico y de ocio nocturno, porque esta archiconocida ciudad universitaria de Castilla y León cuenta con todas las propuestas posibles. Su casco histórico lleno de callejuelas e imponentes construcciones forma parte del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, y su gastronomía hace las delicias de los visitantes, en especial con el jamón de Guijuelo o con el mítico hornazo. Además, Salamanca no solo cuenta con la universidad más antigua de España, sino que también conserva el ambiente nocturno típico de una ciudad estudiantil. Un enclave bien conectado durante todo el año con las grandes ciudades de la península, aunque la época de la Semana Santa, declarada de Interés Turístico Internacional, es muy recomendable para visitarla.
Los autocares que conectan la ciudad con el resto de localidades españolas arriban a la estación de autobuses de Salamanca, situada en la avenida de Filiberto Villalobos, a algo más de 1km del centro. La terminal está muy bien equipada y cuenta con servicio de consignas para los viajeros que vayan a pasar un día en Salamanca y no quieran cargar con equipaje. Al llegar puede sorprender que la parada esté en uno de los campus de la universidad de la ciudad, concretamente el de Miguel de Unamuno. Las rutas más populares que llegan hasta este enclave son el autobús desde Valladolid a Salamanca que hace el recorrido en 1h 30min, aproximadamente, o el viaje que conecta la capital española en algo menos de 3h de media con el bus directo de Madrid a Salamanca. Hay trayectos que cubren rutas más alejadas, como la que llega desde Sevilla o A Coruña, por ejemplo, y también destinos internacionales, con autobuses que unen Salamanca con ciudades francesas, portuguesas, alemanas o suizas, entre otros. La compañía que realiza estos trayectos fuera de las fronteras de España suele ser ALSA, con líneas que van hasta Portugal, Francia, Suiza o Alemania, mientras que a nivel nacional también ofrecen sus servicios las empresas Auto-Res, Dainco, Enatcar o Arribes Bus.
La ciudad de Salamanca es extensa y hay puntos de interés que pueden estar más alejados del casco histórico, por eso dispone de varias opciones de transporte público y privado, que funcionan de manera muy eficiente. Con la combinación de transporte los visitantes pueden desplazarse cómodamente y sin necesidad de sacar el mapa del bolsillo.
Una de las mejores opciones para moverse por Salamanca es el autobús urbano, porque dispone de 13 líneas que conectan los diferentes barrios de la ciudad entre sí y cubren igualmente la zona centro. Los viajeros que quieran disfrutar de la afamada noche salmantina, pueden optar por volver en alguna de las dos líneas de autobús nocturno, que están en funcionamiento desde las 23:00 a las 04:00 de la mañana (hasta las 03:00 los domingos y días de semana), ya que el horario de las líneas diurnas es hasta las 22:30. El precio del billete sencillo es de 1,05€, que se paga directamente en el autobús.
Cuando comienza el buen tiempo es muy agradable recorrer Salamanca en bicicleta por los más de 23 km de carril bici que pasan por el centro y los alrededores. Subido en las dos ruedas, el visitante puede atisbar alguno de los principales puntos de interés sin dejar de pedalear, como la catedral de Salamanca. La ciudad propone un servicio de alquiler de bicis, Salenbici, con casi 30 paradas en diferentes puntos y tarifas variadas. El abono mínimo son 5€ por una semana de uso, aunque también hay servicios privados de préstamo de bicicletas en el centro.
Si lo que se necesita es desplazarse rápidamente desde un punto a otro, el servicio de taxis de Salamanca funciona de manera eficaz, y tiene varias paradas distribuidas por la ciudad. El precio de la carrera variará en función de la franja horaria y la zona recorrida, pero suele ser una opción económica para desplazamientos puntuales. Si, por el contrario, el visitante no tiene problema de tiempo y lo que quiere es descubrir Salamanca cómodamente sentado pero a un ritmo pausado, existe un tren turístico que recorre el centro histórico por 4€ en un trayecto de 30min que, saliendo desde la Plaza de Anaya, recorre puntos de interés como la Casa Lis o el Puente romano.
Antes de embarcarse en la visita de Salamanca, cualquier viajero debe conocer que a esta ciudad castellano-leonesa se la conoce como “la Roma chica” por su impresionante centro histórico, Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, y las diferentes huellas que han dejado las civilizaciones que han pasado por ella. Para comenzar el recorrido desde la estación de autobuses de Salamanca se puede ir a pie en un trayecto de unos 15min, o coger la línea 13 de autobús hasta la Plaza Mayor, uno de los puntos de interés principales. Construida en el siglo XVIII y de estilo barroco, hoy en día constituye uno de los principales lugares de tránsito y corazón del casco histórico. Por esta zona también hay muchos restaurantes que sirven los platos típicos de la zona, imprescindibles para visitar Salamanca realmente. Los viajeros se quedan boquiabiertos con la calidad de las carnes y del embutido de esta ciudad, como el farinato y el jamón, o los guisos de legumbres.
La visita continúa a pie hasta la Casa de las Conchas, ubicada a unos 400 metros. El nombre viene de la original fachada de este palacio que se terminó de construir en el siglo XVI, y que cuenta con más de 300 caparazones ornamentales. Si se camina durante menos de 5min, el visitante llega al Patio Chico, una plaza con mucho encanto que conecta la catedral Nueva y la Vieja, y desde la que se puede ver uno de los edificios más bonitos de la famosa universidad. Para descubrir Salamanca también hay que vivir su ambiente nocturno, muy animado en cualquier temporada. Casi todas las zonas de marcha —paseo Carmelitas, Gran Vía, etc.— están en las proximidades de la Plaza Mayor, y se puede variar durante la noche caminando de un sitio a otro. Cualquier época es buena para planear un viaje en bus a Salamanca, aunque es muy recomendable ver su Semana Santa, declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional. Para terminar la visita de la ciudad, se puede cruzar al otro lado del río Tormes y disfrutar de la vista nocturna de los principales monumentos iluminados.