La capital de la Costa del Sol es uno de los destinos turísticos más importantes de España por su clima, sus playas y una exquisita y variada gastronomía. Viajar en autobús a Málaga supone descubrir una ciudad alegre y bulliciosa, cuna de artistas como Picasso y con un inconfundible aroma a mar y a jazmín que ya conquistaba a las antiguas civilizaciones. En sus 3000 años de historia, fenicios, romanos y árabes dejaron huella en sus calles conformando un magnífico patrimonio monumental para sumar a los encantos de esta urbe andaluza que se erige bajo la atenta mirada del castillo de Gibralfaro.
La estación de autobuses de Málaga abrió sus puertas en 1985, en un edificio de estilo postmoderno diseñado por el arquitecto José Seguí. Es una de las más activas de Andalucía y se encuentra a 2 km del puerto de la ciudad y a solo 9 km del aeropuerto de Málaga-Costa del Sol. Cuenta una gran variedad de líneas de una veintena de compañías diferentes que la conectan con destinos nacionales e internacionales. Entre las rutas más populares destacan las que la unen con ciudades andaluzas como Sevilla, Cádiz, Jaén, Granada o Córdoba.
También es posible viajar en autobús de Madrid a Málaga en unas 6 horas con autobuses que parten desde la estación Madrid-Sur y la T4 del aeropuerto de Barajas. Para los viajeros que necesiten enlazar con otros medios de transporte, la estación está también integrada en el intercambiador de El Perchel, por lo que cuenta con conexiones con la estación de tren de Málaga-María Zambrano, la red de trenes de cercanías y el metro de la ciudad. Como atractivo añadido a sus instalaciones, en la primera planta del edificio alberga el museo del Transporte, con una interesante colección relacionada con la historia del transporte urbano desde mediados del siglo XIX hasta la actualidad.
Alsa cuenta con una amplia red de rutas hacia o desde Málaga, cuyos autobuses salen o llegan a la estación de autobuses de Málaga.
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La terminal de autobuses en encuentra a solo 1 km del centro de Málaga, por lo que es posible llegar fácilmente a pie al corazón de la ciudad. Además, cuenta con paradas de taxi y autobuses urbanos a la salida, acceso al metro ligero y bicicletas de alquiler como alternativas para desplazarse al centro de la ciudad.El servicio de taxis para desplazarse en Málaga funciona las 24 horas del día y ofrece tarifas variables, que se abonan al finalizar el viaje, calculadas en función de la distancia recorrida y el tiempo que dure el trayecto.En cuanto a la red de autobuses urbanos, a la salida de la estación hay una parada en la que se detienen líneas que van al centro en menos de 10 minutos y hacia otros lugares de interés como el jardín botánico o el museo del Automóvil. Es muy fácil y económico moverse en autobús por Málaga, ya que la ciudad cuenta con una extensa red de más de 40 líneas de autobuses urbanos, cinco de ellas nocturnas. El precio de los billetes sencillos es de 1,30 € y existen bonos de 10 viajes al precio reducido de 8,30 € (2018).
También es posible viajar en metro en Málaga, ya que desde la estación de autobuses se puede acceder al intercambiador para llegar a la parada de El Perchel en la que se detienen las dos únicas líneas existentes. Circulan entre las 7:00 y las 23:00, con horarios más amplios las noches de los sábados. El precio del billete sencillo es de 1,35 € y existe una tarjeta recargable con tarifas de 0,82 € por trayecto.Por último, se puede ir en bicicleta por Málaga, ya que estás se alquilan a la salida de la estación de autobuses. El servicio cuenta con 22 puntos de recogida/devolución y los primeros 30 minutos son gratuitos. A partir de entonces, la tarifa es de 0,017 € por minuto, con un tiempo máximo de utilización de 2 horas.
En una visita a Málaga, lo mejor es recorrer el kilómetro que separa la estación de autobuses del centro e iniciar el recorrido desde la calle Marqués de Larios. Se trata de la principal arteria comercial de la ciudad, en la que se ubican tiendas de grandes firmas. Desde ahí, solo hay que dirigirse hacia la plaza de la Constitución para adentrarse en el casco antiguo malagueño. En este entramado de callejuelas estrechas y calles empedradas se encuentran joyas como el palacio de Villalón, del siglo XVI, que acoge en su interior el museo Carmen Thyssen Málaga. El centro cuenta con una valiosa colección de 200 obras de artistas españoles del siglo XIX.
La catedral, de estilo gótico, y su museo es otra parada imprescindible, así como el palacio Episcopal, de 1762, que es un magnífico ejemplo de la arquitectura barroca malagueña. A unos 5 minutos caminando se encuentra la Alcazaba, un imponente palacio-fortaleza de la época musulmana enclavado en el monte Gibralfaro, que comunica con el castillo de la ciudad y el teatro romano, del siglo I a. C. De regreso al centro histórico, la plaza de la Merced es el siguiente destino para ver la Fundación Picasso. El edificio del siglo XIX donde se encuentra fue hogar del pintor y cuenta con una colección de sus obras, además de objetos personales. Si se desea proseguir la ruta picassiana, el museo Picasso está a solo 350 m de distancia.
Antes de abandonar el centro histórico se puede hacer un alto en el camino para degustar la rica gastronomía local, con multitud de establecimientos en los que probar delicias como el ajoblanco, el célebre pescaíto frito o el gazpachuelo. Después, es el turno del puerto, a unos 15 minutos a pie, y la playa de la Malagueta para disfrutar del sol y la brisa del mar. Al final de esta se encuentra la playa del Pedregalejo, menos turística y zona destacada por sus bares de tapas en el antiguo barrio de los pescadores.